He llegado a este punto de mi vida, donde me doy cuenta que no he estado pensando tanto como debería. Las cosas pasan, la vida pasa… es fácil dejarse llevar por el flow…
Una vida completamente desorganizada es el final resultado del exceso de flow. Como todos los extremos, el extremo de flow… no es conveniente.
Dos palabritas dan vueltas por mi mente hace algunos días: Intencional y Concreto. ¿Por qué significan tanto para mi ultimamente? Bueno, es sencillo, esas dos palabras, reflejan actitudes que indefectiblemente te sacan del flow. Cuando uno es intencional, busca hacer las cosas por una razón puntual, lo hacemos concientemente tras un proceso mental y una breve (o no tan breve) evaluación que nos hacen dar un paso seguro hacia un objetivo. Intencional, me suena a palabras como decidido, seguro, con ganas… “Intencional” me ha resguardado de no lastimar a personas, de tomar malas decisiones, de perder relaciones, de arruinar relaciones, de no comerme un bochazo en la facu, de que no me echen del trabajo, de que no se arme la batalla campal en casa, entre otras. Por el contrario, “Intencional” me a ayudado a comunicarme más claramente, a ganar confianza de otros, a profundizar relaciones por mi propia decisión, a tener relaciones más sanas, a amar con ganas, a cumplir mejor con mis objetivos, a seguir recorriendo el camino hacia la meta, y finalmente a evitar que el flow se apodere de mi vida…
Una vida completamente desorganizada es el final resultado del exceso de flow. Como todos los extremos, el extremo de flow… no es conveniente.
Dos palabritas dan vueltas por mi mente hace algunos días: Intencional y Concreto. ¿Por qué significan tanto para mi ultimamente? Bueno, es sencillo, esas dos palabras, reflejan actitudes que indefectiblemente te sacan del flow. Cuando uno es intencional, busca hacer las cosas por una razón puntual, lo hacemos concientemente tras un proceso mental y una breve (o no tan breve) evaluación que nos hacen dar un paso seguro hacia un objetivo. Intencional, me suena a palabras como decidido, seguro, con ganas… “Intencional” me ha resguardado de no lastimar a personas, de tomar malas decisiones, de perder relaciones, de arruinar relaciones, de no comerme un bochazo en la facu, de que no me echen del trabajo, de que no se arme la batalla campal en casa, entre otras. Por el contrario, “Intencional” me a ayudado a comunicarme más claramente, a ganar confianza de otros, a profundizar relaciones por mi propia decisión, a tener relaciones más sanas, a amar con ganas, a cumplir mejor con mis objetivos, a seguir recorriendo el camino hacia la meta, y finalmente a evitar que el flow se apodere de mi vida…
¿ y Concreto? Concreto es amigo de Intencional, ambos van de la mano. Necesitas de algo concreto por lo cual ser intencional. La razón por la cual somos intencionales es una razón concreta, determinada, delimitada, definida, razonada, especifica: “LA razón”.
Tanto Intencional como Concreto exigen un acto de nuestra voluntad racional, y no de nuestros sentimientos. Los sentimientos mayormente son buenos, expresan que estamos emocionalmente vivos. El problema fundamente con los sentimientos, es qué hacemos con ellos: pareciera ser que el hombre en su naturaleza solo tiene la capacidad emocional de presionar para si dos botones: si tiene un sentimiento feliz… ama… pero si el sentimiento es infeliz… odia, envidia, lastima, hiere, y eventualmente mata. No tiene un punto medio. Tiene amigos, o tiene enemigos. No se detiene a disfrutar de la gran diversidad de emociones que Dios le ha dado. Para el hombre, es blanco o es negro, y quizás gris si debido a sus circunstancias le es conveniente serlo por un rato.
Ser intencional no tiene que ver con conveniencia, no tiene que ver con burdas limitaciones, o ambiguas motivaciones. Ser intencional tiene que ver con lo que es bueno, agradable, noble, perfecto y digno de alabanza. Tiene que ver con construir y no con destruir, tiene que ver con la bondad y no con el egoísmo, tiene que ver con bendecir y no con maldecir. Tiene que ver con darse “intencionalmente” a Dios y a los demás. Por las razones correctas, por las razones que traen vida, por la razón más concreta de todas: El amor.
Ser intencional no tiene que ver con conveniencia, no tiene que ver con burdas limitaciones, o ambiguas motivaciones. Ser intencional tiene que ver con lo que es bueno, agradable, noble, perfecto y digno de alabanza. Tiene que ver con construir y no con destruir, tiene que ver con la bondad y no con el egoísmo, tiene que ver con bendecir y no con maldecir. Tiene que ver con darse “intencionalmente” a Dios y a los demás. Por las razones correctas, por las razones que traen vida, por la razón más concreta de todas: El amor.
" Dios los ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan al pueblo santo.
Revístanse de sentimientos de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia.
Sopórtense unos a otros, y perdónense si alguno tiene una queja contra otro.
Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
Sobre todo revístanse de amor, que es el lazo de la perfecta unión.
Y que la paz de Cristo reine en sus corazones,
porque con este propósito los llamó Dios a formar un solo cuerpo.
Y sean agradecidos.
Que el mensaje de Cristo permanezca siempre en ustedes con todas sus riquezas.
Instrúyanse y amonéstense unos a otros con toda sabiduría.
Con corazón agradecido canten a Dios salmos, himnos y cantos espirituales.
Y todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús,
dando gracias a Dios el Padre por medio de él.”
Colosences 3:12-17 (DHH)
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