domingo, mayo 02, 2010

LO QUE QUIERO!

... ¿¿¿Qué es lo que quiero???

¿Qué es lo que persigo?

¿Qué quiero hacer en mi vida?

¿En qué estoy pensando cuando abro los ojos cada mañana?

¿Para qué despierto? ¿Para qué me levanto?

¿Para qué vivo? ¿Para qué existo?

¿¿PARA QUÉ??

¿Cómo podría yo afectar mi vida de tal modo en que pueda llegar a vieja y decir que no viví sin propósito?

¿Cómo podré asegurarme el llegar a vieja y no perecer en la soledad en que he visto terminar a muchos, abandonados en su incapacidad de valerse por sí mismos?

¿Cómo lograré evitar que perezcan los bienes que “con suerte” pude haber acumulado, los miles o millones que abarricado junto algunas otras cuantas cosas materiales, y al par de personas que me estimen, y no por lo que tengo?

¿Cómo podré descansar al fin en la esperanza de que una vida mejor vendrá sacándome de la desagracia en la que me encuentre…?

¿Cómo podré haber vivido sabiendo que se acerca el fin, sin más ni más, cargando quizás un renombre que quedará extinto en el tiempo después de solo algunas generaciones, si es que llego a ser de renombre…?


¿Cómo no unir esa línea de tiempo, de un ahora, jovial, enérgico, perseverante... y un mañana paupérrimo, marchito, y flácido…?

¿Es que este presente tendrá algo que ver con aquel futuro?

¿Es que una indecisión tiene algún impacto en mi mañana?

Y Si así fuera... ¿dónde es que me gana la indecisión y me atrapa tanta inconsciencia?

¿Por qué simplemente vivo... vivo... y vivo... sin pensar... sin replantear, sin reclamarle al sentido que salga de su sin sentido y cobre algún valor...?
¿Qué tiene que ver mi corazón en todo esto?

¿Es acaso la cercanía más próxima al amor que podría encontrar el poseer a mi lado otro cuerpo mortal como el mío, y satisfacer con él lo que mis por ahora encendidas hormonas puedan apetecer…?

¿Y si ese otro cuerpo se va?

¿Donde es que se habrá ido también el amor?


¿Y si ya no me satisface todo lo que pueda comprar?

¿Y si socialmente he llego al techo de lo más alto que pueda ascender?

¿A dónde podré ir más alto que eso?

Y si abro mi mente, y me entrego a derramar todo mi ser, mi corazón y mi alma anhelan... entonces...

¿Qué hallaré?

¿Qué es eso que todo mi ser quiere?

… Entonces ahora pienso, y recuerdo aquél tiempo en donde dar vuelta las páginas del calendario era sólo una rutina más...

En que abarrotar grandes mansiones de lujos y dinero era mi más perseguido logro y excelso bien...

En que tener un nombre que merezca aplauso, reconocimiento y exaltación era el deseo más desesperadamente ansiado de mi corazón,

En el cual tener una compañía a mi lado, satisfacía mis necesidades de ser llamada "aceptada", "deseada" y "digna de ser amada",

buena en el deporte del amor, sobresaliente en el romance y su motivación...

Sí, yo recuerdo aquellas cosas...

Las recuerdo y me pregunto donde habrán quedado...

Las recuerdo y me siento aliviada de que se hayan ido allá leeeeeejosss......

tan lejos que no puedo pensar en que en verdad las deseada con tanto hambre...

Entonces la pregunta es, si hoy ya no es todo eso lo que quiero
,

¿Qué es lo que quiero ahora?


Un día, leyendo, encontré estas palabras que cierta persona escribió:

“Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor.
Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.
Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él y encontrarme unido a él; no con una justicia propia, adquirida por medio de la ley, sino con la justicia que se adquiere por la fe en Cristo, la que da Dios con base en la fe.
Lo que quiero es conocer a Cristo, sentir en mí el poder de su resurrección y la solidaridad en sus sufrimientos; haciéndome semejante a él en su muerte, espero llegar a la resurrección de los muertos."
*

Me sorprende lo que leo, tan claro, tan potente, e inmensamente profundo.

El escritor expresa su anhelo con determinación y soltura, toma aire y afirma: "Lo que quiero es..."
A la luz de su pensamiento, nadie puede negar que viviera su vida conociendo firmemente cuál era su sentido, su propósito y su verdadero valor....


“…LO QUE QUIERO ES....”

Sorprendentemente hallé más intensidad y más riqueza en sus palabras que en todo aquello que me había propuesto abarrotar y lograr en mi vida...
También, sorprendentemente.... me di cuenta que él tiene razón...
El todo del universo que conocemos, carece de valor alguno, comparado con la inexplicablemente enorme riqueza y más alto bien de conocer a Cristo...

de conocer su corazón, su manera de pensar y experimentar la manera de AMAR con la que Él ama...

Por eso a todo lo considero pérdida comparado con el incomparable valor de conocerlo a Él, porque una vez que llegas a verlo a los ojos, y contemplar a penas la puerta abierta de entrada a su corazón, ya no hay nada más que pueda llenar tu vida, ni hacerte sentir que has llegado a lo
ancho, alto y profundo que podrías haber podido llegar … y que eternalmente… esta será tu casa.

Oro en lo más profundo de mi corazón que este anhelo de tener como bien más preciado el conocerlo a Él, sea un amén y un aleluya real en mi vida, y en la de todos mis hermanos...

* Filipenses 3: 7-11 (DHH)

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